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Mindfulness

Una experiencia con permiso a estar presente

“Párate un momento y comienza a observar simplemente como está tu cuerpo; mira a ver si hay algún pensamiento, preocupación o emoción que pueda estar invadiéndote e intenta no juzgar aquello en lo que estés.

A continuación, lleva a la atención a tu respiración y cada vez que aparezca cualquier cosa que te distraiga de la tarea, obsérvala y vuelve de nuevo a la respiración con una mirada amable hacia ti mismo”.

Una petición tan aparentemente sencilla como la que acabo de describir, podría ser el inicio de cualquiera de mis sesiones de Mindfulness, en la que la principal premisa es parar y contactar con lo que nos pasa aquí y ahora. Dicha tarea es evitada diariamente por numerosas personas debido a una enorme dificultad de estar en el presente, enganchándose continuamente de un pensamiento a otro cual mono en la selva, de liana en liana.

La atención es como un músculo que debe ir entrenándose, de hecho vamos perdiendo la capacidad de estar presente conforme vamos entrando en el mundo adulto aumentando la exigencia y responsabilidad. Para tomar un ejemplo, sólo hay que observar a los más pequeños para darnos cuenta de cuánto tenemos que aprender de ellos; siendo uno de los principios del Mindfulness, observar el mundo desde la mente de un niño, con la curiosidad de la primera vez.

A continuación, te invito a hacer recuento de cuantos acontecimientos de tu vida has experimentado a medias, anticipando o anclándote en otros momentos del pasado.

¿Cuántos atardeceres has visto simplemente con la mirada, pero no vivenciado de forma plena activando el resto de sentidos, por estar preocupado por la reunión de mañana, aquella conversación en la que no te quedaste satisfecho con tu respuesta, o simplemente repasando la lista de la compra? Y si, ¿la próxima vez que veas un atardecer te propusieras estar presente, dejándote llevar por el sonido de los pájaros, las olas del mar o del viento? Y si, ¿dejaras que los últimos rayos de sol acariciaran tu piel percibiendo su temperatura? Y si, ¿pudieras percibir tus pies en la tierra y no marcharte de forma inmediata al pasado o al futuro?

En la Clínica El Seranil realizo un taller de Mindfulness con una frecuencia semanal y en formato grupal siendo fundamental poder parar entre tanto sufrimiento y conectar con una mirada diferente al mundo que nos rodea. Hay numerosos estudios científicos que han comprobado los beneficios que aporta dicho ejercicio, entre los que se encuentran; mejora del insomnio, estrés y estado de ánimo, aumento de la capacidad de concentración y atención, mayor flexibilidad cognitiva, aumenta el autoconocimiento, fomenta la creatividad y las relaciones interpersonales facilitando la expresión emocional y por tanto mejorando las habilidades relacionales. Creo por tanto, que la práctica de Mindfulness resulta beneficiosa para personas con y sin problemas de salud mental pues tener conciencia plena del momento presente, es el mayor regalo que uno puede darle a sus sentidos resultando además un botón de pausa ante un mundo que puede hacerse demasiado grande en un momento determinado, ya sea por las expectativas, exigencias, conflictos y dificultades en general que pueden ir surgiendo a lo largo de la vida. Finalmente, solo me queda proponerte una invitación a darte permiso para estar presente aquí y ahora como si fuera la primera vez.