fbpx

Blog

10 de Octubre Día de la Salud Mental

10 de Octubre Día de la Salud Mental

Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, cuyo lema este año es La salud mental en el lugar de trabajo.

Nuestra vivencia en el trabajo es uno de los factores que determinan nuestro bienestar general. Los trastornos por depresión y por ansiedad son problemas habituales de salud mental que afectan a la capacidad de trabajo y la productividad. Más de 300 millones de personas en el mundo sufren depresión y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad.

La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad, y en el peor de los casos puede llevar al suicidio. El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, y la manera de pensar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno puede liberarse a voluntad. Las personas que padecen un trastorno depresivo no pueden decir simplemente “ya basta, me voy a poner bien”. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden curarse o mejorar con un tratamiento adecuado. 

La ansiedad es en un principio una emoción humana normal, cuya función inicialmente es activadora ante una amenaza, movilizando actividad o tensión, lo que aumenta la capacidad de respuesta del individuo. Esta respuesta tiene un carácter adaptativo facilitando la focalización de la atención en las amenazas y activar los sistemas fisiológicos para hacer frente a ellas. La ansiedad es, por tanto, una respuesta innata de nuestra especie, que tiene como misión la supervivencia. Cada vez que nos encontramos en peligro, el circuito de la ansiedad se dispara haciendo que reaccionemos de la forma más eficaz para sobrevivir. Podríamos decir que estamos aquí y que somos lo que somos gracias a la ansiedad, pues ella es la que nos ayuda a reaccionar mejor y con más rapidez cuando, por ejemplo, vemos un obstáculo en la carretera mientras estamos conduciendo. En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno. Por tanto, podemos hablar de problemas de ansiedad cuando se siente mucha ansiedad ante situaciones en las que la mayoría de las personas no se ponen ansiosas, o cuando se experimenta un grado extremo de ansiedad en situaciones en las que la mayoría de la gente se sentiría sólo moderadamente ansiosa.

Los trastornos de ansiedad son una de las patologías más prevalentes en la población general a lo largo de su vida y con frecuencia se asocian a otras enfermedades mentales.